Ubicado en un barrio típico de la ciudad de Córdoba, en pleno crecimiento inmobiliario y gastronómico, este proyecto apunta a resolver la normativa planteada que ayuda a consolidar este nuevo tejido urbano que se está generando, y a su vez intenta tomar las características típicas de su entorno y afianzarlas al máximo.

Buscamos principalmente indagar sobre las problemáticas de borde y límite, tanto en planta baja como en los pisos subsiguientes. Planteando esto, el edificio resuelve su frente principal generando una doble fachada. Las vigas de hormigón que se desarrollan sin presentar ningún apoyo intermedio, acentúan la horizontalidad y son el fuelle entre el interior y los espacios de expansión de cada departamento.

El edificio se divide en tres usos tipológicos: planta baja con comercios, primer y segundo piso con viviendas de un dormitorio y monoambientes,
y en la terraza se desarrollan espacios gastronómicos, y quinchos con asador privados para las viviendas.

Por último, siguiendo la premisa principal que sostiene el barrio, de generar paseos internos en sus corazones de manzana, se optó por plantear una circulación vertical interna, en la parte del patio trasero, produciendo una circulación de gente constante en todo el edificio.