MENCIÓN HONORIFICA.

La manzana 20 del centro de nuestra Ciudad se presenta como una importante pieza de desarrollo urbanístico, concepto que obliga a responder satisfactoriamente con una propuesta que asuma la responsabilidad de modificar la situación actual de una zona históricamente muy rica pero actualmente deteriorada. Se plantea una pieza urbano-arquitectónica con nuevas características programáticas fusionadas con situaciones paisajísticas que generan una propuesta capaz de soportar esta revitalización necesaria. Inmerso en una situación de fuertes preexistencias arquitectónicas de alto valor patrimonial, la intervención busca vincular y poner en valor estos edificios incorporando nuevos elementos que modifiquen la dinámica actual logrando así un nuevo precedente en el lugar, convirtiendo a la manzana 20 en un conjunto arquitectónico que actuará como foco turístico y de servicios potenciando el desarrollo económico del sector.

Se buscó entonces, proponer nuevos espacios públicos, tradicionales o no tradicionales; tratar el vacío urbano como lugar de oportunidad; rescatar el corazón de manzana como patrimonio cultural; lograr miradores urbanos a distintas escalas para generar distintas percepciones y enfoques; generar una propuesta de recorrido que vincule a todos los elementos del conjunto; lograr fluidez y permeabilidad a nivel peatonal; conectividad con el entorno inmediato; sinergia y multiplicidad de actividades para reactivar el sector; mixtura de usos; en áreas de trabajo nuevas expansiones y contacto con el verde; programación, revitalización y re significación espacial.

La plaza de accesos se eleva a modo de alfombra que continua con el solado de la Plaza San Martín y calle Rivadavia penetrando así en el nuevo vacío urbano. Se optó por elevar esta plataforma para mitigar la contaminación visual del movimiento vehicular del sector y proveer parcialmente la demanda de estacionamientos de uso público.

Se decide en el sector de edificios preexistentes unificar con un mismo perfil para no actuar de forma agresiva. Se busca vincular estos elementos a través de circulaciones verticales y horizontales. Se proponen actividades culturales y comerciales que garanticen el uso permanente de este zócalo.

En el sector liberado de preexistencias arquitectónicas se promueve un nuevo perfil urbano que asuma el compromiso de hito, no sólo por su escala sino por su flexibilidad programática capaz de afrontar los nuevos usos tipológicos donde la multiplicidad de actividades conviven en forma natural. La tipología de torre resuelve un factor fundamental en el conjunto, la “etapabilidad”. Esta es necesaria haciendo la propuesta programable y sustentable.

En síntesis, la idea del proyecto es vincular y contener diferentes alternativas espaciales, por medio de un elemento conector o cinta. Este elemento que circunda perimetralmente la manzana se dispone por encima de los edificios existentes y los vincula con nuestra propuesta. En el centro de este recorrido se encuentra un vacío que es el propio corazón de manzana que termina siendo el espacio público de nuestra propuesta, al cual se accede desde el nivel cero, generando una máxima permeabilidad.

Este nuevo espacio urbano, sin duda se incorpora al sistema de lugares urbanos de la ciudad de Córdoba, aportando al ámbito público nuevos contenidos recreativos, culturales de esparcimientos y servicio necesarios para los cordobeses.